viernes, 23 de septiembre de 2016

LA LEYENDA DEL MAÍZ Y EL FIN DEL MUNDO
Cuentan que antes de la llegada de Quetzalcóatl, los aztecas sólo comían raíces y animales que cazaban.
No tenían maíz, pues este cereal tan alimenticio para ellos, estaba escondido detrás de las montañas.
Los antiguos dioses intentaron separar las montañas con su colosal fuerza pero no lo lograron.
Los aztecas fueron a plantearle este problema a Quetzalcóatl.
-Yo se los traeré- les respondió el dios.
Quetzalcóatl, el poderoso dios, no se esforzó en vano en separar las montañas con su fuerza, sino que empleó su astucia.
Se transformó en una hormiga negra y acompañada de una hormiga roja, marchó a las montañas.
El camino estuvo lleno de dificultades, pero Quetzalcóatl las superó, pensando solamente en su pueblo y sus necesidades de alimentación. Hizo grandes esfuerzos y no se dio por vencido ante el cansancio y las dificultades.
Quetzalcóatl llegó hasta donde estaba el maíz, y como estaba transformado en hormiga, tomó un grano maduro entre sus mandíbulas y emprendió el regreso. Al l llegar entregó el prometido grano de maíz a los hambrientos indígenas.
Los aztecas plantaron la semilla, Obtuvieron así el maíz que desde entonces vivieron felices. Y a partir de ese momento, los aztecas veneraron al generoso Quetzalcóatl, el dios amigo de los hombres, el dios que les tajo el maíz. 
Y en la iglesia de Azcapotzalco hay una hormiga roja y cada año sube una de sus patas y dicen que cuando llegue a la cima se acabara el mundo.




Escrito:Claudio Ramírez Cortes



                                                                                                              





                                                                                                                   

                                                                                                                

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